Por Omar Gasca
En el proyecto artístico En la MigRA, Cruz y Díaz recuperan el sentido de aportar, en este caso una visión acerca de los indocumentados, de los mojados, de los ilegales; de los mexicanos y los latinoamericanos en general que se mueven al país del norte en busca del trabajo que mejore las condiciones de vida de la familia.
Migra. Migración pero también migraña, esa cefalea o dolor de cabeza que frecuentemente afecta sólo a un lado de ella. En la Migra pero, también, en la madre. Porque el problema no se reduce sino empeora, se agrava gracias al desempleo y a las xenofobias, a que de un lado no hay atención suficiente a la pobreza y, del otro, racismo, intolerancia y discriminación hacen de las suyas, de la mano real o virtual de la defensa de sus propios empleos, economía y prejuicios suprematistas.
En la Migra un proyecto no exclusivamente pictórico; algo que se proyecta, que se arroja y, a la vez, el primer esquema o plan de trabajo que se hace antes de darle forma definitiva, una forma que sólo será alcanzable en la percepción, es decir, en cómo ese proyectil (proyecto) que es esta serie que Cruz y Díaz disparan, hará mella en la conciencia del espectador porque, más allá de la pintura y de sus bondades, de lo que se trata aquí es de que la obra sirva como estímulo para cobrar conciencia, para tomar nota y postura.
En el proyecto artístico En la MigRA, Cruz y Díaz recuperan el sentido de aportar, en este caso una visión acerca de los indocumentados, de los mojados, de los ilegales; de los mexicanos y los latinoamericanos en general que se mueven al país del norte en busca del trabajo que mejore las condiciones de vida de la familia.
Migra. Migración pero también migraña, esa cefalea o dolor de cabeza que frecuentemente afecta sólo a un lado de ella. En la Migra pero, también, en la madre. Porque el problema no se reduce sino empeora, se agrava gracias al desempleo y a las xenofobias, a que de un lado no hay atención suficiente a la pobreza y, del otro, racismo, intolerancia y discriminación hacen de las suyas, de la mano real o virtual de la defensa de sus propios empleos, economía y prejuicios suprematistas.
En la Migra un proyecto no exclusivamente pictórico; algo que se proyecta, que se arroja y, a la vez, el primer esquema o plan de trabajo que se hace antes de darle forma definitiva, una forma que sólo será alcanzable en la percepción, es decir, en cómo ese proyectil (proyecto) que es esta serie que Cruz y Díaz disparan, hará mella en la conciencia del espectador porque, más allá de la pintura y de sus bondades, de lo que se trata aquí es de que la obra sirva como estímulo para cobrar conciencia, para tomar nota y postura.
Xalapa, Veracruz. 2007
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